¿Se ha preguntado la razón de porqué hay familias que, a pesar de contar con un Centro de salud o la junta de vecinos muy cerca de su casa, en una situación de violencia familiar o de emergencia familiar, no acuden a él?
Cada vez hay más evidencia que indica que no es lo mismo contar con redes o estructuras sociales que, potencialmente pueden ofrecer apoyo, pero cuyo apoyo no es necesariamente percibido por las familias que atendemos.
Existen distintas definiciones de Apoyo Social, pero la distinción más relevante está entre las “Redes de Apoyo sociales estructurales” y las “Redes de apoyo sociales percibidas”.
¿En qué se diferencian las redes de apoyo estructurales de las percibidas?
La primera, las redes sociales estructurales, tal como dice su nombre, son instituciones como los Centros de Salud, Carabineros, El Servicio Nacional de la Mujer (SERNAM), La Municipalidad, La Junta de Vecinos, entre otros. También pueden ser personas naturales.
No obstante, que existan estas instituciones o personas naturales, no significa que las personas de la comunidad PERCIBAN su apoyo.
¿Qué hace la diferencia entre CONTAR con el apoyo y PERCIBIR el apoyo?
Las personas usan un “filtro” o “anteojos” para VALORAR el apoyo, es decir, para otorgarle un nivel utilidad para su vida. En la literatura especializada se denomina “Apoyo Social Percibido”.
Para que una red social sea percibida de utilidad, se requiere que las personas y/o las familias puedan “sentir el apoyo” de parte de una institución o de una persona en particular, es decir, que en momento de dificultad, pueden contar con ellas, sentir confianza en ellas, y recibir ayuda de parte de ellas de manera oportuna.
¿Cuál es el corolario de esta distinción?
Como profesional, es necesario que podamos apoyar a las personas y familias para que puedan sentir confianza con nosotros/as y, por ende, en las instituciones donde trabajamos o a las cuales queramos derivarla para alguna prestación.
En esta era moderna, de alta desconfianza, es importante que las familias vuelvan a confiar en nosotros/as y sientan que pueden ser genuinamente acompañados/as.
Una persona de la comunidad requiere, primero, confiar en nosotros/as y, desde ahí, poder convertirnos en redes de apoyo significativas en sus mundos familiares.
Por tanto, no nos quedemos tranquilos/as creyendo que, si existe el Centro de Salud, la familia se sentirá acompañada. Necesitamos dar un paso más, que nos crean y confíen en nosotros/as como institución y como personas que formamos parte de ellas.
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Autora: Ps. Marcela Aracena
Este artículo es parte de un proyecto generado por el grupo de estudio e intervención telesalud UC